ÁFIDOS

Hay varias especies que pueden atacar a las plantas y afectar su calidad estética.

Hay un número de especies diferentes de áfidos que atacan las plantas del paisajismo, incluyendo el áfido spirea del manzano silvestre, (Myzus persicae), el áfido del algodoncillo o aslepia (Aphisgossypii), el áfido de la dedalera (Aulacorthum solani), el áfido del crisantemo, (Macrosiphum rosae) y el áfido de la papa (Macrosiphum euphorbiae).

Ciertas especies de plantas y cultivos son más susceptibles a los áfidos que otros. La distribución varía dependiendo de las especies de plantas o cultivos.

BIOLOGIA. Los áfidos, por lo general, se alimentan de los brotes terminales nuevos y de los lados inferiores de las hojas. El color de los áfidos varía dependiendo de la planta anfitriona, aunque esta característica no debe utilizarse como un factor de identificación.

Los áfidos causan lesiones directas a las plantas al utilizar los chupadores penetrantes que tienen en la boca para succionar los fluidos de las plantas. Nutrirse de los brotes nuevos hace que las hojas tiernas muestren una apariencia distorsionada o encrespada (hacia arriba o hacia abajo). Los áfidos también pueden atrofiar las plantas, e incluso son capaces de transmitir virus.

La plaga produce una sustancia líquida, clara y pegajosa denominada zumo dulce  que sirve como medio de crecimiento del hongo de moho hollinoso y negro. La presencia del moho hollinoso y negro distorsiona o reduce la calidad estética de las plantas. Altas poblaciones de áfidos pueden generar la aparición de una capa blanca o muda de pieles que pueden llegar a reducir la estética de la planta.

Los áfidos pueden constituirse en grandes plagas de insectos de los paisajismos, especialmente a comienzos de la estación cuando se expanden los nuevos y suculentos brotes.

CONTROL. Controlar a los áfidos implica la puesta en práctica de estrategias biológicas,  insecticidas y culturales; preferiblemente mediante la utilización de éstas tres. El riego adecuado y prácticas de fertilización pueden reducir al mínimo y de manera efectiva los problemas potenciales de los áfidos.

Los áfidos son atraídos a y se nutren de plantas que reciben cantidades excesivas de nitrógeno, por lo que es aconsejable evitar la sobre-fertilización. La reproducción de los áfidos aumenta cuando éstos se alimentan de plantas que ha sido fertilizadas en exceso.

La salubridad es un medio importante para evitar problemas de áfidos. Retire escombros de plantas y plantas viejas almacenadas de los paisajismos o colóquelas en recipientes o envases con tapas de cierre a presión dado que los áfidos con alas pueden abandonar el material disecado de las plantas y migrar hacia una cosecha principal.

La remoción de la maleza elimina fuentes potenciales de áfidos en virtud de que muchas de las plantas de hojas anchas y especies de malezas de pastos se  encuentran generalmente en y alrededor de paisajismos sirviendo de reservorio de áfidos y pudiendo alojar grandes poblaciones.

Los áfidos son susceptibles al contacto, al fungicida translaminar y a insecticidas sistemáticos. Hay un número de insecticidas que tienen tanto translaminar como  propiedades sistemáticas. Asegúrese de rotar los insecticidas con modos diferentes de acción para evitar que se desarrollen poblaciones de áfidos resistentes.

Si se van a utilizar controles biológicos, es importante identificar las especies de áfidos. Varios parasitoides son específicos para las especies de áfidos que se pretenden atacar.

La liberación de parasitoides o depredadores debe hacerse antes de que las poblaciones de áfidos lleguen a su “máximo” nivel y el daño a la planta sea evidente. Los agentes de controles biológicos para áfidos incluyen a los parasitoides  Aphidius colemani, A. matricariae y A ervi; el  mosquito predador Aphidoletes aphidimyza; los crisopos verdes Chrysoperla carnea y C. rufilabirs; el escarabajo mariquita Hippodamia convergens y el hongo beneficioso Beauveria bassiana.

El autor es profesor y especialista a distancia en entomología ornamental/manejo de la plaga integrada de la Universidad del Estado Kansas. Su correo electrónico es: rcloyd@ksu.edu
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April 2011
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